El Código de honor del Matrimonio es el conjunto de reglas o principios que rigen la relación de una pareja que se une para convivir y formar una familia. Constituye la conducta honorable dentro del núcleo familiar. Los Pastores y Líderes debemos ser los primeros en vivir este Código en nuestra propia familia y modelarlo a las personas a nuestro alrededor
Este Código de Honor fue establecido Dios, creador del Matrimonio y tiene el propósito de proteger la familia como base del desarrollo integral de la humanidad disfrutando a la vez de todas las cosas buenas de la vida.
La esencia del Código de Honor del Matrimonio es el Amor entendido como una actitud de servicio, atención, apoyo, incondicional e incluso con manifestaciones de sacrificio a favor del cónyuge.
Efesios 5:25: Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella.
Dios nos manda a amar a nuestra esposa en la magnitud que Cristo amo a la Iglesia hasta la muerte y se entregó por ella incondicionalmente. Es un parámetro muy alto, pero si EL nos manda a hacerlo, es porque lo podemos hacer. Definitivamente tenemos que estar en conectados a Cristo para poder cumplir este mandato del Señor.
I Cor 13: 4-7: El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, sino que se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. La porción bíblica anterior contiene la esencia del Código de Honor del Matrimonio, quedebe ser la actitud de cada miembro del matrimonio y la familia hacia los otros miembros. Si todos los miembros de la familia procuramos vivir nuestras relaciones bajo este código, el resultado será sin duda una familia saludable, próspera, exitosa y llena de vida. |
El cumplimiento del Código de Honor en el ambiente familiar es una responsabilidad del Esposo como líder del hogar, designado por el Creador del Matrimonio, con el apoyo de su “ayuda idónea”. El hombre debe asumir esta responsabilidad modelando primero y exigiendo a todos los miembros de la familia a respetar ese código en todas las relaciones de la familia. Es su primera y más importante responsabilidad. |
La Mujer fue diseñada para ser la mejor ayuda para su esposo y por tanto debe darle el lugar y respetarlo como el líder del hogar y ayudarlo a desarrollar su liderazgo para alcanzar el objetivo del matrimonio. El código de Honor debe cumplirse incondicionalmente y ambos miembros del Matrimonio deben estar dispuestos a defender el Código de Amor con decisión, esfuerzo, y aún con sacrificio; y hasta la muerte. Esto definitivamente no es fácil, pero es nuestra responsabilidad si queremos obtener un destino agradable para nuestras vidas. Para lograr honrar este Código de Amor en el matrimonio y la familia, es imprescindible el fortalecimiento de nuestra vida espiritual, mediante la oración, la lectura bíblica, la |
obediencia a los principios de vida, la asistencia a la Iglesia regularmente y sobretodo la decisión de establecer este código en el hogar. Un código de honor se defiende hasta la muerte, no importa lo que cueste. Los hombres de verdad, deben estar dispuestos a cumplir el Código de Honor y hacer que se cumpla en el hogar con decisión y fortaleza. ¡Un hombre que no cumpla y no defienda este Código de Honor, no es un hombre! Que es difícil, si es difícil, pero para eso contamos con la ayuda del Espíritu Santo de Dios que nos ayuda en nuestras debilidades; pero Dios tiene que ver en nosotros primero la decisión de luchar por vivir y defender ese Código de Honor. |
Ahora vamos a desglosar un poco más detalladamente lo que implica ese código de Amor: Es tomar la decisión de:
Ser pacientes. La paciencia es un fruto de la decisión de amar. Al ser pacientes podemos tener la tolerancia necesaria para aceptar las debilidades de nuestro cónyuge y confiar en el crecimiento espiritual que nos dará la fortaleza y sabiduría necesarias para cambiar lo que se debe cambiar. ¡Es confiar en que EL que empezó la buena obra, la terminará!
Ser bondadosos. Es tener siempre una actitud de buena voluntad para con el cónyuge; quizás no lo merezca, pero lo hacemos para agradar a nuestro Padre Celestial.
Ser humildes. Es una actitud indispensable para suavizar la relación con nuestro cónyuge cuando hay conflictos y situaciones que afrontar. Implica reconocer los errores propios, pedir perdón y no tomar en cuenta las ofensas recibidas. Todos necesitamos una buena dosis de humildad diariamente.
Ser amables y respetuosos. Es nunca faltarse el respeto. Se trata de ser siempre amables, respetuosos y honestos el uno con el otro. Es evitar a toda costa herir al cónyuge aunque se tenga la razón.
Dar sin esperar recibir. El amor nunca es egoísta. El amor siempre está en función de las necesidades, y el bienestar del cónyuge. De esta manera podemos dar lo mejor de nosotros a nuestra pareja y disfrutar de la más hermosa relación. Dar siempre es mejor que recibir y a su tiempo da una cosecha hermosa.
Ser tolerantes. Es reconocer que somos muy diferentes, pero complementarios de acuerdo al plan de Dios. Es tener la capacidad de vencer el enojo y la ira en el matrimonio. Es detenerse y meditar cuando estamos frente al enojo y pensar que mi cónyuge es más valioso(a) que cualquier cosa o circunstancia.
Perdonar. El amor no toma en cuenta el mal recibido, no es rencoroso. Es perdonar cuantas veces sea necesario. Cuando asumimos una actitud sincera de perdón, también seremos perdonados y no cargaremos con la angustia y la frustración que genera el rencor.
Ser fieles. Es estar dispuestos a sufrir lo que sea por el bien de nuestro cónyuge. Es honrar el pacto de fidelidad que nos hicimos un día en la salud, en la enfermedad, en la riqueza o en la escasez. Significa entender que debo ser fiel en mi decisión de procurar el bien de mi cónyuge siempre.
Creer. Es tener la fe de que nuestra pareja actúa siempre con buena voluntad. Es muy probable que se equivoque, o haga mal algunas cosas, pero debo creer siempre que lo hizo con buena intención.
Soportarlo todo. Es soportar olvidos, desatenciones, desacuerdos, y cualquier debilidad temperamental del cónyuge, con fe y alegría; siguiendo nosotros haciendo nuestra parte. Poco a poco todo cambiará.
¡Esfuérzate por cumplir este código de honor en el matrimonio, eso producirá unMatrimonio Saludable!
¡Tú matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado! ¡CUÍDALO!